Un duro administrador de crisis es el nuevo CEO de Boeing
Dirigió el negocio de aviación de General Electric después de los ataques contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 que provocó la caída subsiguiente en la industria aérea, más tarde maniobró y logró sacar a bolsa de manera exitosa a la empresa de medios Nielsen mientras esta enfrentaba una investigación del gobierno, luego se convirtió en presidente de Caterpillar Inc. poco después de que agentes federales allanaban la sede del fabricante de maquinaria pesada en Illinois.
Actualmente, además de servir en la junta directiva de Boeing, es un ejecutivo de la firma de private equity Blackstone Group Inc. En ella, dirige una unidad que supervisa las operaciones de las empresas que integran la cartera de la firma.
Es David Calhoun, de 62 años. Y Boeing, el fabricante de aviones más grande del mundo y una de las empresas más importantes del planeta, ha puesto su futuro en las manos de este veterano en el liderazgo de cambio que ha manejado a varias compañías en crisis, como destaca Reuters, en un análisis sobre el asunto.
Calhoun tiene 10 años en la junta directiva de Boeing. El pasado octubre fue nombrado presidente de la junta, cuando los cargos de CEO y presidente fueron separados. Hasta ese momento eran desempeñados por Dennis Muilenburg, a quien Calhoun vuelve a reemplazar ahora como CEO.
Según Reuters, Calhoun ha demostrado su capacidad para forzar cambios entre bastidores a pesar de su corto tiempo como presidente de Boeing. Calhoun habría generado la salida de Kevin McAllister como director ejecutivo del brazo de fabricación de aviones de Boeing en octubre. Fue una destitución rápida y silenciosa.
Habiendo dividido los cargos de CEO y presidente, la conversación de la junta, ya presidida por Calhoun que llevó a la salida de McAllister, se produjo sin la presencia de Muilenburg, quien hasta días antes era el presidente de la junta.
Esto era una señal de que la junta estaba ya reclamando una nueva voz bajo el recientemente nombrado presidente Calhoun y tal vez era un presagio del derrocamiento de Muilenburg; defenestración que finalmente se produjo esta semana.
Desafíos
Los desafíos de Calhoun no son menores. Debe conjurar la crisis desatada después de dos accidentes fatales de su avión más vendido, el 737 MAX, que produjo 346 muertes. Una crisis que su antecesor no pudo contener.
Debe abordar de modo inmediato la crisis sobre el avión 737 MAX actualmente en tierra. Pero hay otros retos:
- Cuestionamientos de los reguladores europeos sobre un acuerdo de Boeing para comprar el brazo comercial de Embraer de Brasil. Este acuerdo es clave para la estrategia de la empresa a largo plazo. Un descarrilamiento de la transacción sería un nuevo revés para Boeing.
- Reparar las relaciones ahora maltrechas con los reguladores de todo el mundo
- Lanzar al mercado el nuevo avión 777X en un momento de escrutinio exhaustivo regulatorio
- Seguir administrando una contracción del efectivo ocasionado por la crisis
¿Es la elección adecuada?
La experiencia de Calhoun en la junta directiva de Boeing es una ventaja. Le permitirá tomar las riendas en poco tiempo, ahorrándose el tiempo de familiarización.
Sin embargo, que no sea un extraño del todo a la empresa preocupa a algunos. Se preguntan si Calhoun es sangre fresca. Consideran qué tal vez Boeing necesite a un extraño para revisar lo que, entienden, parece una cultura corporativa engreída.
“No creo que vaya a cambiar la cultura de Boeing”, dijo Paul Njoroge, un profesional de inversiones que perdió a su familia en el accidente de Etiopía, según Reuters.
Njoroge considera que Boeing necesita una renovación de su gobierno corporativo y que la junta directiva debería ser despedida.
Otros piensan que es una elección adecuada, a pesar de que Calhoun haya estado en la junto durante el desarrollo del MAX. “Es difícil traer a alguien que no conoce la aviación que no tiene credibilidad con la aerolíneas”, dijo Jerrold Lundquist, director gerente de Lundquist Group.
Un ex ejecutivo de Nielsen considera que Calhoun es un líder de línea dura, que no teme disentir pero que puede inspirar.
Boing “podría necesitar a alguien tan duro como Dave”, añadió.